¿Cuántas palabras debe tener un artículo de blog? La longitud ideal de un post SEO en 2026
El algoritmo de Google evoluciona para mostrar el contenido más útil posible. Y con la llegada de los resultados generados por IA (como los AI Overviews) el escenario ha cambiado.
Los buscadores no solo evalúan la calidad del contenido dentro de la página, también analizan si puede usar fragmentos de tu texto para construir respuestas generativas que aparezcan antes del clic. Esto afecta a cómo estructuramos los contenidos y a la extensión que necesitan.
Por eso, la longitud del texto SEO importa más en términos de claridad, profundidad y estructura que en extensión.
Si te preguntas cuántas palabras debe tener un artículo de blog, la respuesta sigue siendo la misma: las que necesite la intención de búsqueda.
La diferencia es que, en 2026, esa intención se resuelve en dos planos: la SERP clásica y las nuevas respuestas generadas por modelos de IA.
¿Por qué la longitud del texto SEO influye en el posicionamiento?
Es probable que hayas oído hablar de la importancia que tiene la longitud de un texto para el posicionamiento SEO. En Internet hay varias afirmaciones que aseguran que cuanto más largo es un texto, mejor lo posicionan los motores de búsqueda.
Esto no es del todo cierto. Aunque es verdad que hay ocasiones en las que los contenidos muy largos posicionan mejor, de poco te servirá aumentar la longitud de tu texto si vas a dar vueltas a la misma idea, y no aportas información de valor para el usuario.
La clave para obtener un buen posicionamiento está en tener en cuenta la intención de búsqueda del usuario. Si consigues darle respuesta con 500 palabras, tu texto estará mejor posicionado que diciendo lo mismo en 1500.
Además, con la entrada de los resultados generativos, los motores de búsqueda (Google, ChatGPT, Gemini, Modo IA de Google…) necesitan identificar con rapidez qué partes de tu contenido responden a la consulta.
Los textos que estructuran la información con claridad permiten que estos sistemas detecten la respuesta sin perderse en párrafos innecesarios.
Por eso conviene adaptar la longitud del contenido a la intención de búsqueda y a la forma en la que los buscadores procesan ahora la información.
El equilibrio consiste en aportar valor con el número adecuado de palabras, sin relleno y con una estructura que facilite la extracción de fragmentos útiles.
Ejemplo para decidir la longitud de un texto SEO
Veamos un ejemplo; imagina que un usuario quiere saber cómo quitar una mancha de vino en la ropa y encuentra un post con 1000 palabras, de las cuales 400 hablan sobre la historia del vino, al comienzo del artículo.
Es muy probable que ese usuario pierda la paciencia y se vaya en busca de otro resultado que satisfaga su búsqueda. Y, además, en un contexto de búsqueda generativa, un contenido así tampoco facilita que el motor de búsqueda extraiga la parte realmente útil para construir su respuesta. Cuando la solución está escondida, el modelo no la utiliza.
Antes de preguntarte cuántas palabras tiene que tener tu post para que posicione, comienza empatizando y comprendiendo el tipo de respuesta que está buscando el usuario. Y dale la información que quiere tener, en la longitud de palabras que resuelvan esa query, y que al mismo tiempo, ayude a Google y a las IA generativas a interpretarla sin esfuerzo.
¿Cuándo debes redactar textos SEO más cortos?
En ocasiones, los usuarios quieren una respuesta rápida y muy concreta. Por ejemplo, las búsquedas del tipo “dónde desayunar en Salamanca” esperan recibir información inmediata que satisfaga su necesidad.
Para la búsqueda del ejemplo que acabamos de poner, escribir un artículo de 1000 palabras no tiene mucho sentido. El usuario espera encontrar un listado con los sitios donde podrá desayunar hoy en Salamanca, acompañados de reseñas que le convenzan para elegir uno.
Si metes contenido de relleno antes de recomendar un buen sitio para desayunar, el usuario puede sentir que le cuesta encontrar lo que está buscando, y volverá a las SERP para irse a otros resultados que satisfagan su búsqueda de inmediato, provocando lo que se conoce como pogo sticking.
En estas consultas funcionan mejor los textos breves, centrados y estructurados. Revisar la SERP actual —y comprobar si aparece un AI Overview— te dará pistas claras: si los resultados son concisos, tu contenido debe serlo también.
¿Y cuándo es mejor redactar textos SEO largos?
Los posts largos son necesarios para los usuarios que buscan información completa de un tema.
Aunque es cierto que los artículos demasiado largos han perdido algo de relevancia, debido a la importancia que le dan los motores de búsqueda a la query del usuario, hay temas que necesitan un gran número de palabras para ofrecer al usuario toda la información completa.
Por ejemplo, si introduce la búsqueda “Qué ver en Madrid”, lo más lógico es que quiera tener una amplia guía con información sobre los lugares más emblemáticos de la ciudad de Madrid, que no debe perderse en su próximo viaje a la capital de España.
En este tipo de búsquedas que hacen los usuarios, los artículos que funcionan mejor son los que tienen un mínimo de 3.000 palabras.
En estos textos más extensos el SEO semántico juega un papel clave porque puedes enriquecer el contenido con otras palabras relacionadas con tu keyword.
Esa riqueza mejora la comprensión del contenido tanto en la indexación clásica como en los sistemas generativos.
El Editor de Contenidos de SE Ranking te va a ayudar a analizar qué entidades, conceptos y preguntas relacionadas podrías incluir para conseguir una cobertura completa sin añadir relleno.
La longitud adecuada depende de la intención de búsqueda
La extensión ideal de un texto SEO nace de entender qué espera la persona al otro lado de la pantalla.
Hay consultas que piden inmediatez, otras necesitan contexto y otras reclaman profundidad. Y, con la llegada de la búsqueda generativa, los buscadores no solo evalúan lo que dices, sino cómo lo ordenas para poder extraer la información sin esfuerzo.
Aquí tienes los tres escenarios que marcan la diferencia.
1. Cuando el usuario solo quiere una respuesta
Son consultas rápidas, de esas que no admiten rodeos: cómo eliminar una mancha, qué significa un código de error, cuánto dura un alimento en la nevera.
En este escenario, los textos cortos funcionan mejor porque cumplen con lo esencial: dar la respuesta sin obligar al usuario a bucear entre párrafos. Y, con la llegada de los AI Overviews, esta claridad pesa todavía más. Google rastrea el contenido buscando fragmentos precisos. Si entiende la solución de inmediato, la extrae. Si está enterrada, pasa a otra página que sí lo hace evidente.
La longitud adecuada aquí rara vez supera las quinientas palabras.
2. Cuando el usuario quiere entender un tema de verdad
Consultas como qué ver en una ciudad, cómo hacer una auditoría SEO, cómo crear una estrategia de contenidos, qué herramientas elegir para un proyecto.
En estos casos, la persona quiere una visión completa, recomendaciones, ejemplos y soluciones a dudas relacionadas que quizá aún no sabe formular. Se nota en la propia consulta: es amplia, abierta y admite diferentes ángulos.
Aquí los textos largos no son una estrategia, son una consecuencia lógica. El contenido necesita espacio para desarrollar ideas, comparar opciones y responder varias preguntas en un solo artículo. La amplitud no se mide por el número de palabras, sino por la profundidad real que aportas.
Además, la búsqueda generativa se mueve con comodidad en estos contenidos. Los modelos identifican entidades, conceptos relacionados, pasos y consejos que les ayudan a construir respuestas amplias y fiables.
En este tipo de búsquedas, tres mil palabras no son un exceso.
3. Cuando el usuario está a un paso de decidir
Fichas de producto, comparativas orientadas a la decisión, páginas de servicios, información de precios. El usuario llega sabiendo lo que busca, pero necesita un último empujón.
Aquí la extensión es un detalle secundario. Lo importante es la precisión: qué ofreces, qué problema resuelve, qué ventajas aporta y cómo se accede a ello.
En la búsqueda generativa ocurre algo parecido. Google toma fragmentos que expresen beneficios, características o pasos claros. Necesita señales limpias, y esas señales suelen estar en secciones muy concretas, no en bloques interminables.
En este escenario, la longitud ideal depende menos del tema y más de la claridad.
¿Cómo adaptar la longitud del texto SEO a las nuevas búsquedas generativas?
La entrada de los AI Overviews ha cambiado la forma en la que Google consume y muestra el contenido.
Los sistemas basados en IA no leen el texto de principio a fin: buscan bloques claros, respuestas directas y estructuras fáciles de interpretar.
Si quieres que tu contenido aparezca en estos nuevos formatos, conviene tener en cuenta estos puntos:
1. La respuesta principal debe estar arriba
Los fragmentos iniciales tienen más posibilidades de ser utilizados en resultados generativos. Responde pronto y desarrolla después.
2. Usa encabezados claros
Los H2 y H3 actúan como puntos de anclaje para la extracción de información. Las preguntas como título funcionan especialmente bien.
3. Refuerza la precisión, no la extensión
La IA valora que el contenido cubra el tema con claridad. Incluir entidades y subtemas relacionados ayuda más que extender el texto sin propósito.
4. Divide en párrafos breves
Los bloques cortos facilitan la interpretación y aumentan las opciones de que Google seleccione un fragmento para sus respuestas.
5. Comprueba tu visibilidad en IA
Herramientas como el AI Overviews Tracker y ChatGPT Visibility Tracker ayudan a entender si tu contenido aparece citado en resultados generativos y qué fragmentos utiliza.
¿Cómo podemos crear un texto SEO que responda a la intención de búsqueda del usuario?
Como acabamos de comprobar, la longitud de los contenidos está a expensas de la intención de búsqueda del usuario.
Vamos a ver ahora cómo puedes optimizar tu contenido para que responda a esa intención de búsqueda del usuario, y pueda, así, ayudar a tener un buen posicionamiento de tu página web.
1. Analiza las búsquedas de los usuarios
Puedes hacerlo con nuestra herramienta de SEO, que te permite hacer un rastreo de keywords.
Se trata de identificar el tipo de palabra clave que ha utilizado el usuario para hacer su consulta; de esta manera, puedes saber qué clase de contenido está buscando.
Por ejemplo, si en el keyword research la mayoría de las palabras clave para esa búsqueda son informativas y generales, el usuario probablemente necesite un contenido más elaborado.
2. Estudia las SERP
Los intereses de los usuarios van cambiando con el paso del tiempo. Y la evolución de las SERP nos da muchas pistas sobre qué es lo que quieren. Al igual que hay productos con una demanda estacional, también existen temas que generan más o menos interés, en función del momento.
Por eso, no puedes hacer tu contenido basándote en un único análisis de los resultados de las SERP. Conviene revisar el historial para entender qué formato funciona mejor y si Google ya muestra AI Overviews para esa consulta.
3. Fíjate bien en los primeros resultados de búsqueda
Es bueno hacer un análisis exhaustivo de las URL que ocupan los primeros puestos en las páginas de resultados de los buscadores. Esta es la mejor respuesta a la intención de búsqueda de los usuarios que Google ha seleccionado para ellos.
Entra, observa y analiza las primeras posiciones de las SERP; y haz esto no solo para saber cuál puede ser la longitud de tus contenidos, sino también para elegir la estructura y el formato que más está gustando a los usuarios.
Te recomendamos utilizar una herramienta de contador de palabras, con la que podrás comprobar el número de palabras de los contenidos que ya están posicionados. Y, el Keyword Density Checker para revisar cómo distribuyen términos y entidades los competidores que ya están posicionados.
Conclusión
La longitud de los contenidos de una web es muy importante. Poner menos información de la necesaria puede hacer pensar al usuario que tu contenido no es de calidad y que Google piense que es thin content. Y meter texto de relleno para hacer los contenidos más largos, tampoco funciona.
La clave está, como en muchos otros aspectos del SEO, en la intención de búsqueda del usuario.
Aquí tienes una pequeña guía de consulta que puedes aplicar en tus contenidos:
- Escribe textos cortos para dar respuesta a preguntas concretas, que no requieran mucha información
- Por el contrario, escribe textos largos cuando el usuario está buscando información amplia sobre cualquier tema
- Analiza las búsquedas de los usuarios
- Estudia la evolución de las SERP
- Analiza con detenimiento los primeros resultados de búsqueda
De poco sirve preguntarte si necesitas un post de 3000 palabras, y si serán suficientes para posicionar, porque el tamaño ideal lo elige el usuario.
Con la llegada de la búsqueda generativa, la estructura cobra aún más importancia. Google necesita localizar la información relevante sin esfuerzo. Cuando el contenido está bien organizado, tu página tiene más opciones de aparecer tanto en los resultados clásicos como en los generados por IA.
¿Cuántas palabras de media tienen tus posts: 500, 1000, 3000?
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Si deseas saber cómo posicionarte en los buscadores, Textbroker tiene un artículo muy interesante.
